El contenido biobasado de los materiales hace referencia a la proporción de materia prima que son derivados total o parcialmente de fuentes biológicas renovables (como plantas, algas, microorganismos o residuos orgánicos) que contienen carbono de origen biológico en lugar de materia fósil, como el petróleo; esto contribuye a minimizar el impacto ambiental. Por ende, ante la creciente importancia de avanzar hacia la sostenibilidad y reducir la dependencia de los recursos fósiles, la identificación y medición del contenido biobasado en los materiales se vuelve fundamental.
La proporción de contenido biobasado en un producto se determina mediante análisis de radiocarbono (14C) y puede encontrarse en diversas industrias, como:
En este contexto, la norma INTE B59:2025, ofrece un marco confiable para medir con precisión la cantidad de carbono de origen biológico presente en diversos productos, apoyando a las organizaciones en la transición hacia una economía más responsable.
Para ofrecer una perspectiva experta sobre el valor de esta norma, el presidente del comité de plástico de un solo uso, el señor, José Roberto Vega, en representación del Centro Nacional de Alta Tecnología (CeNAT), nos comparte una visión integral de lo que significa esta norma:
“La norma INTE B59:2025 permite determinar de forma precisa el contenido biobasado de materiales mediante análisis de radiocarbono, lo cual representa un paso clave hacia una producción más sostenible y transparente. Esta herramienta científica robusta ofrece a empresas, instituciones y consumidores la posibilidad de verificar si un producto proviene de fuentes renovables, facilitando decisiones informadas en políticas públicas, compras verdes y certificación ambiental. Además, contribuye a diferenciar productos responsables en el mercado, fomentando la innovación basada en bioeconomía y el cumplimiento de metas climáticas. Es una norma que conecta ciencia, industria y sociedad en favor de un futuro más limpio y consciente.”
¿Cómo funciona y qué mide la norma INTE B59?
Esta norma, equivalente a la ISO 16620-2, establece un procedimiento detallado para medir el contenido biobasado en una amplia variedad de muestras: sólidas, líquidas e incluso gaseosas. Su base técnica se fundamenta en el análisis de radiocarbono (14C), una metodología confiable para identificar el carbono de origen biológico.
La norma indica que estos métodos de ensayo son aplicables a cualquier producto que contenga componentes a base de carbono que puedan quemarse en presencia de oxígeno para producir dióxido de carbono (CO2) gaseoso. Esto incluye una amplia gama de materiales, desde plásticos y textiles, hasta combustibles, productos químicos y gases como los emitidos por calderas eléctricas e incineradores de residuos.
Un aspecto clave es que está diseñada para ser utilizada por laboratorios que trabajan sin exposición al carbono-14 artificial, lo que garantiza mayor precisión y confiabilidad en los resultados.
El valor de esta norma no se basa únicamente en ser un método de ensayo, también tiene potencial para impulsar un futuro más sostenible, al convertirse en una herramienta estratégica para fomentar la producción responsable, fortalecer la transparencia en el mercado y respaldar decisiones informadas y orientadas al cuidado del ambiente.