El pasado mes de junio, el Gobierno de la República declaró alerta preventiva ante los efectos que traerá para el país el fenómeno de El Niño durante el segundo semestre de 2023: incremento aproximado de 1,5 grados Celsius por encima de lo normal y un déficit de lluvias de entre 10% y 20% en el Pacífico y en el centro del país, y en el Caribe al menos un 10% menos de lluvias. Este panorama genera alerta en áreas como energía, agua, agricultura, ganadería, entre otros.
Herramientas como un sistema de gestión de la energía, basada en la norma INTE/ISO 50001, proporciona un marco sólido para que organizaciones públicas y privadas optimicen la eficiencia energética. Este concepto se refiere a la capacidad de obtener los mejores resultados en una actividad empleando la menor cantidad de recursos energéticos, lo que permite reducir los impactos ambientales asociados a esto.
En Costa Rica, desde la publicación de una resolución del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) en el diario oficial La Gaceta, el 29 de marzo de 2019, donde establece
“La implementación del sistema de gestión de la energía guía a las empresas para capacitar al personal en el uso eficiente, incluir todos los aspectos de la organización para identificar las necesidades particulares y específicas de cada empresa, así como fomentar la comunicación y sensibilización interna, promoviendo una cultura en cuanto al uso eficiente de la energía”, puntualizó González.
La eficiencia energética disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero, además, se consume menos recursos lo que contribuye a reducir la huella de carbono y un ahorro económico.
Desde el Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (INTECO) recordamos la importancia de que las empresas refuercen su compromiso con la reducción del impacto ambiental derivado del consumo de fuentes energéticas, en especial en un contexto en el cual el país se prepara para enfrentar escasez de lluvia y los efectos que esto traerá.