El 8M, Día Internacional de la Mujer, es una oportunidad para reconocer y celebrar a las mujeres líderes que, con su talento y determinación, han transformado el presente y siguen abriendo camino hacia un futuro donde el género no sea una barrera.
Sus historias de valentía, resiliencia y superación nos inspiran en todos los ámbitos: desde la ciencia y la tecnología hasta el arte, la educación, los negocios y el liderazgo social. En esta ocasión, tenemos el honor de conocer más sobre la señora Alexandra Rodríguez, nuestra directora de normalización, quien nos compartirá su trayectoria, los desafíos que ha enfrentado y su visión para un mundo más igualitario.
Conociendo a Alexandra Rodríguez Venegas
Pero más allá de su sólida carrera profesional, la señora Alexandra Rodríguez, encuentra en la lectura un refugio y el cine una fuente de inspiración. Entre sus películas favoritas está La sociedad de los poetas muertos, una historia que, al igual que su trayectoria, inspira a desafiar límites y dejar huella.
¿Cómo describiría su camino profesional en tres palabras?
— Compromiso, evolución y liderazgo.
Compromiso, porque a lo largo de mi trayectoria he trabajado con dedicación para garantizar el desarrollo de normas técnicas que aporten valor a la sociedad y las industrias. Evolución, porque he crecido profesionalmente, enfrentando nuevos retos y adaptándome a las necesidades cambiantes de la normalización y de los sectores productivos. Y liderazgo, porque como directora de normalización de INTECO, he podido impulsar iniciativas estratégicas y dirigir equipos de trabajo que nos han ayudado a fortalecer la calidad y competitividad del país a través de las normas.
¿Qué decisiones y experiencias han sido clave en su desarrollo profesional?
— Mi desarrollo profesional ha estado marcado por decisiones estratégicas y experiencias que me han permitido crecer y aportar valor en el ámbito de la normalización, como, asumir el rol de directora de normalización, que fue un paso clave que me permitió impulsar la estandarización como herramienta para la calidad y competitividad.
También fomentar la colaboración e interacción entre sectores productivos, organismos internacionales y expertos, para desarrollar normas alineadas con las necesidades del país. Y adaptarme a los cambios, porque la normalización es un campo dinámico, y mi capacidad para innovar y encontrar soluciones ha sido clave para enfrentar desafíos regulatorios y tecnológicos.
— He tenido la fortuna de contar con influencias y apoyos clave que han moldeado mi desarrollo profesional y mi visión sobre la normalización, como, mentores y líderes de otros organismos de normalización y de los diferentes sectores productivos nacionales con amplia experiencia en normalización que me han guiado, compartido su conocimiento y retado a mejorar continuamente. Además de equipos de trabajo con colegas comprometidos, que ha sido fundamental para impulsar proyectos estratégicos y enfrentar desafíos con creatividad y eficacia.
¿Qué barrera ha sido la más difícil de romper en su profesión?
— En el ámbito de la normalización, uno de los mayores retos ha sido romper la percepción de que las normas son un obstáculo burocrático en lugar de una herramienta estratégica para la calidad y la competitividad. A lo largo de mi carrera, me he enfocado en demostrar que las normas no solo facilitan el comercio y la innovación, sino que también brindan soluciones prácticas a problemas recurrentes en las industrias.
Otro desafío ha sido superar la idea de que la normalización es un campo altamente técnico y reservado solo para especialistas. He trabajado en promover un enfoque más accesible e inclusivo, fomentando el diálogo con diferentes sectores y destacando el impacto positivo de las normas en la vida cotidiana y en el desarrollo económico.
Ahora, desde un enfoque más personal, para usted, ¿Qué significa ser una mujer líder hoy en día?
— Significa abrir camino, inspirar y generar un impacto positivo en la sociedad y en las organizaciones. Implica liderar con visión estratégica, empatía y resiliencia, demostrando que el liderazgo femenino aporta innovación, colaboración y un enfoque integral en la toma de decisiones.
También significa romper barreras y desafiar paradigmas, impulsando la equidad de género en espacios donde históricamente ha habido menos representación femenina. Ser una mujer líder es una responsabilidad, pero también una gran oportunidad para motivar a otras mujeres a asumir roles estratégicos, desarrollar su potencial y contribuir al crecimiento de sus sectores.
¿Cómo cree que su trabajo y liderazgo han impactado o inspirado a otras mujeres en su entorno?
— A lo largo de mi trayectoria, he procurado demostrar que el liderazgo se construye con compromiso, conocimiento y determinación, independientemente del género. En mi rol como directora de normalización, he trabajado para generar oportunidades equitativas, impulsar la participación de mujeres en espacios técnicos y estratégicos, y fomentar un ambiente donde su talento y visión sean valorados.
Creo que mi trabajo ha inspirado a otras mujeres al mostrar que es posible asumir roles de liderazgo en un sector que tradicionalmente ha estado dominado por hombres. A través del ejemplo, el apoyo y la mentoría, he buscado motivarlas a confiar en sus capacidades, a involucrarse en la toma de decisiones y a desafiar cualquier limitación impuesta por estereotipos.
— Crear espacios donde las mujeres puedan asumir roles estratégicos, tomar decisiones y demostrar su capacidad de liderazgo, también, conectar a mujeres con líderes y profesionales que puedan guiarlas en su desarrollo profesional y personal.
Implementar políticas que promuevan la equidad salarial, el acceso a la información y la eliminación de barreras para el crecimiento profesional y destacar historias de mujeres que han logrado impactar en sus sectores para inspirar a las nuevas generaciones.
¿Cómo ha visto la evolución de las oportunidades para las mujeres en su campo a lo largo de los años?
— He visto una evolución positiva en las oportunidades para las mujeres en el campo de la normalización. Antes, este sector estaba mayormente representado por hombres, especialmente en áreas técnicas y de toma de decisiones. Sin embargo, hoy en día hay una mayor apertura, y cada vez más mujeres ocupan roles clave en el desarrollo, gestión y aplicación de normas técnicas.
Hay más participación en comités técnicos, más mujeres liderando iniciativas estratégicas y una mayor conciencia sobre la importancia de la diversidad en la toma de decisiones. Esto ha enriquecido el proceso, aportando nuevas perspectivas y soluciones más inclusivas.
Si bien aún hay desafíos, el camino es prometedor. La clave está en seguir promoviendo la participación femenina, impulsando la equidad y destacando el valor que las mujeres aportan a la normalización.
Por último, si pudiera dejarle un mensaje a la próxima generación de mujeres líderes, ¿Qué les diría?
— Les diría que crean en su capacidad para transformar realidades, que confíen en su voz y que no teman asumir retos. El liderazgo no se trata de cumplir con un estándar predefinido, sino de aportar una visión auténtica, innovadora y con propósito.
Las barreras existen, pero cada paso que damos abre camino para más mujeres. Rodéense de personas que las impulsen, sigan aprendiendo y recuerden que el liderazgo no solo es llegar lejos, sino también ayudar a otras a avanzar.
No esperen a que alguien les dé un lugar en la mesa: construyan su propio espacio, hagan escuchar su opinión y dejen huella con su trabajo. El mundo necesita más mujeres liderando con valentía, empatía y determinación.