Ing. Laura Brenes Peralta, PhD
Presidenta CTN 02 SC 19 de Prevención y reducción de pérdida y desperdicio de alimentos
Escuela de Agronegocios, Tecnológico de Costa Rica
Coordinadora Red Costarricense para Disminución de pérdida y desperdicio de alimentos .
Las cadenas de suministro de alimentos históricamente han tenido un rol vital en el desarrollo de la economía y la seguridad alimentaria. Incluso, ante crisis como las causadas por la pandemia del COVID-19, el abastecimiento de insumos y eventos climáticos, su relevancia y resiliencia son evidentes. Aun así, los sistemas alimentarios que se integran alrededor de estas tienen retos relacionados al uso eficiente de los recursos económicos y productivos, y al impacto que la actividad de producción de alimentos genera.
Los retos planteados se intensifican cuando, además, se pierden o desperdician productos alimenticios a lo largo de la cadena antes de llegar a cumplir el fin por el que fueron producidos. Dicha finalidad puede ser vista como la generación de un ingreso para personas y organizaciones productoras, industrializadoras, distribuidoras, y de servicios de alimentación. También se puede entender como la utilidad que genera para quien espera consumir ese alimento. Sin embargo, al descartar esas masas de alimento, se pierden estas oportunidades de ingreso o utilidad.
Este fenómeno, conocido como pérdida o desperdicio de alimentos (PDA), es un síntoma de muchos factores que no están funcionando bien en los sistemas alimentarios. Concretamente, a nivel de las cadenas productivas, las PDA restan eficiencia en el rendimiento de los procesos; intensifican la huella ambiental ya que se desperdician a su vez recursos como agua, energía, suelo, o biodiversidad, e incrementan la generación de residuos y emisiones al ambiente.
Si bien las causas del desperdicio alimentario son múltiples y complejas, la Agenda 2030 plantea en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible la meta 12.3, la cual nos llama a disminuir el desperdicio alimentario a la mitad. Producto de esto, se han empezado a publicar herramientas como el Código de conducta voluntario para la reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos. Las acciones en nuestro país no han sido la excepción, por lo que se estableció el Comité Técnico Nacional CTN 02 SC 19 de Prevención y reducción de pérdida y desperdicio de alimentos, del cual emanó la norma INTE A124:2022 Buenas prácticas para la prevención y reducción de pérdida y desperdicio de alimentos.
Esta norma resulta de la visión y experiencia de los sectores y disciplinas que participaron en el CTN 02 SC 19, y pone a disposición de los actores de la cadena de suministro una serie de prácticas que podrán prevenir y reducir las PDA. La Norma abarca aspectos generales por considerar para toda organización o persona productora relacionada a los alimentos que voluntariamente tenga dentro de sus objetivos evitar el desperdicio alimentario; además, especifica acciones según las operaciones en las que intervenga: cosecha, poscosecha, procesamiento, distribución, comercialización y servicios de alimentación. También incorpora acciones para fases comunes a las cadenas de suministro como son los procesos de recepción, almacenamiento, transporte y disposición final; y finalmente incorpora dos aspectos innovadores en este abordaje tradicional de las cadenas, como es la posibilidad de actuar en procesos de redistribución y donación de alimentos, así como de valorización del residuo.
Invitamos a todos los actores interesados a conocer esta norma, aplicarla y adoptarla pues además de ser una herramienta única en su tipo, permite un abordaje sistemático de esta problemática. En país empieza a generar experiencias y profesionales más sensibles y capacitados en este tema, y disminuir las PDA es equivalente a disminuir un desperdicio innecesario de recursos, mejorar la eficiencia de los procesos, y acerarse a metas de responsabilidad social y ambiental previstas en el sector alimentario.