Por: Zakiah Kassam. Presidente de AirVironment Canada Inc. y Presidente electo de ISO/TC 207, Gestión ambiental.
- El cambio climático está ocurriendo rápidamente. El mundo no tiene tiempo para prevaricar. Pero las normas ISO pueden ayudarnos a elaborar las políticas adecuadas y acelerar el ritmo.
La Segunda Guerra Mundial dejó una huella indeleble en el mundo. Cuando cesaron los combates en 1945, el mundo necesitaba urgentemente una reconstrucción y una reforma a una escala sin precedentes. ISO fue una de las organizaciones globales clave en resurgir de las cenizas para hacer exactamente eso.
Hoy en día, puede ayudar una vez más a la reforma mundial para hacer frente a otra amenaza existencial: el cambio climático.
Mientras los responsables políticos se reunieron en Dubái para debatir cómo acelerar la acción climática, un buen punto de partida es recordar que las normas son una herramienta poderosa.
Las normas nos proporcionan la seguridad de que el cambio es real y significativo. Garantizan resultados y ayudan a eliminar cualquier posible lavado verde. También hacen que el cambio suceda a gran velocidad. La promulgación de leyes y la implementación de políticas para la acción climática pueden llevar años, y nosotros no tenemos años. El uso de normas técnicas puede llevarnos más rápido, al reducir el tiempo que lleva diseñar e implementar políticas gubernamentales.
La COP28 es un punto de control clave en la trayectoria climática mundial. Como frente unido, tenemos que actuar juntos en tres áreas clave: la reducción de las emisiones, la planificación de riesgos y la financiación. Las normas son nuestra herramienta más eficaz para impulsar la acción en los tres.
Las normas pueden potenciar nuestros esfuerzos climáticos.
Es primordial que las organizaciones informen claramente sobre sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y su progreso en la reducción de las mismas. Las normas están ayudando a guiar el desarrollo de inventarios de gases de efecto invernadero, que enumeran exhaustivamente los volúmenes de GEI y de dónde provienen.
Como tales, son una herramienta eficaz a medida que trabajamos para frenar las emisiones, porque exigen pruebas verificables. Esto refuerza la confianza en que la acción climática es acción y no solo retórica.
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Esta confianza también permite al mundo romper los límites de lo convencional cuando se trata de la planificación de riesgos. Esto es importante porque los riesgos del cambio climático difieren de otros riesgos.
Los enfoques convencionales que utilizan probabilidades estadísticas pueden no ser efectivos, y los impactos del cambio climático pueden tener una cadena de efectos colaterales.
Las normas ISO detallan los enfoques de mejores prácticas para llevar a cabo evaluaciones de riesgo y vulnerabilidad al cambio climático.
Los gobiernos locales y las comunidades que se enfrentan a los impactos del cambio climático necesitan planes de adaptación, pero no siempre tienen los recursos para llevarlos a cabo o actualizarlos.
Las normas ISO proporcionan una hoja de ruta para la planificación de políticas. Demuestran cómo asociar las unidades de negocio adecuadas con las partes interesadas adecuadas para abordar los riesgos clave y establecer prioridades. Las normas ISO también pueden ayudar a orientar la presentación de informes y la comunicación significativos sobre la adaptación.
Pero el riesgo no es la única barrera. La falta de recursos materiales es un reto, y la financiación es un obstáculo importante. Las normas también pueden ayudar en este caso.
Se necesitan más de 4,2 billones de dólares de inversión en energía limpia en 2030 para llegar a cero emisiones netas. Se espera que los gobiernos financien aproximadamente el 30 % de esa cantidad mediante una combinación de préstamos de bajo coste, subvenciones y financiación barata.
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Un desafío clave para los gobiernos que establecen apoyo a los programas de energía verde es el riesgo de gastar el dinero de los contribuyentes y no obtener los resultados deseados. Nada hace mella en la confianza pública como el dinero desperdiciado.
ISO proporciona una estructura lista para implementar que ayuda a los gobiernos a definir sus criterios para los proyectos elegibles y establecer métricas de desempeño. La serie de normas ISO sobre instrumentos de deuda verde (ISO 14030), por ejemplo, especifica los requisitos para garantizar la integridad de los bonos y préstamos verdes, incluye una taxonomía para los proyectos elegibles y establece los requisitos para un programa de verificación.
Cuando se trata de las complejidades de las subvenciones para apoyar las iniciativas de resiliencia climática, ISO también tiene una normativa de mejores prácticas que puede ayudar a los gobiernos a diseñar un mecanismo de subvenciones de manera rápida y efectiva. La ISO 14093, la norma ISO relativa a las subvenciones para la resiliencia climática basadas en el rendimiento, se basa en el mecanismo de vida adaptable al clima local (LoCAL) del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Capitalización.
Esta norma ISO proporciona orientación sobre cómo diseñar un sistema nacional para el financiamiento local de la adaptación e incluye condiciones mínimas para garantizar salvaguardas financieras y un menú de inversiones elegibles en adaptación que pueden promover la resiliencia climática.
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El poder de la ISO y de los socios públicos.
Las agencias públicas ejercen una influencia sustancial sobre los mercados gracias a sus considerables presupuestos de adquisiciones de proyectos. Aprovechar esta influencia estratégicamente tiene el poder de moldear el comportamiento de la industria. Los organismos públicos pueden incorporar requisitos contractuales que se basen en las normas ISO y en el sistema de evaluación de la conformidad ISO.
La integración de las normas ISO puede ayudar a establecer normas de contratación para la compra de bienes y servicios de forma que se promueva la acción climática. Cualquier responsable de la formulación de políticas que desee impulsar un cambio positivo rápidamente debe empezar por pensar en las normas.
Porque sin normas técnicas, no puede haber mejora.
Acerca de Zakiah Kassam
Zakiah Kassam es presidente del comité técnico de gestión ambiental de la ISO para el período 2024-2026 y miembro del Consejo de Gobierno del Consejo de Normas de Canadá (SCC). Es presidenta de AirVironment Canada y asociada sénior del Grupo de Infraestructura Boxfish. Zakiah cuenta con más de 20 años de experiencia profesional en los sectores de la energía, las infraestructuras y el medio ambiente. Tiene una licenciatura en Ingeniería de la Universidad McGill, una maestría en Ingeniería de la Universidad de Calgary, una maestría en Administración de Empresas de la Universidad de Toronto y una Maestría en Derecho Ambiental y de Recursos Naturales de la Universidad de Londres.
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